viernes, 30 de septiembre de 2011

..Fragmento de eternidad..

-¿Una mañana como otra cualquiera? Ella sabía perfectamente que no, pegó un salto de la cama, y calló sobre su arañita de peluche que tenía colocada justo a la altura perfecta para abalanzarse con los pies descalzos y sentir su curiosa suavidad, se puso las zapatillas y empezó a dar vueltas de un lado a otro de la casa, los nervios la estaban matando por dentro, sabía que serían unos días inolvidables.
En su cara se reflejaba el efecto de alguna que otra noche en vela, sin embargo una sonrisa cubría su rostro a sabiendas de que podría aislarse de lo que conocía como mundo con dos personas  por las que, sin pensarlo, ella daría la vida, así que, a dos horas de salir de casa, comenzó a prepararse porque no tenía intención de llegar tarde, se enfundó en sus pantalones cortos, se puso la camiseta que le habían dejado para ese día en concreto y se sentó a esperar el paso del tiempo, que se movía con lentitud marcando cada movimiento del segundero en su cabeza, quería acelerar aquel momento para llegar lo antes posible, aunque el tiempo jugaba en su contra, y como de costumbre cuando el silencio hace eco en su habitación, comenzó a pensar, si tal vez sería bueno ese aislamiento, esa inconsciencia del mundo durante unos cuantos días, si realmente luego le costaría volver a su realidad, aunque… ¿Sinceramente? No le importaba, algo dentro de ella le indicaba que merecía totalmente la pena.
Recordará siempre la cara de su madre al despertarse, su rostro mostraba una mezcla entre adormecimiento ilusión y nervios, no era muy consciente de cuál de las dos tenía más miedo a aquel viaje… pero lo que si sabía es que por muy extremas que fueran las consecuencias ella lo necesitaba, necesitaba que el mundo se parara por unos días.
El tiempo pasó incluso más rápido de lo que pudo llegar a imaginar, y entonces llegó el momento, y maleta en mano vio como la puerta se cerraba a sus espaldas, lo que para ella fue una señal inequívoca de que el momento había llegado por fin. En el coche, con la música que tanto conocía, pensaba y repasaba mentalmente todo lo que llevaba, si tal vez se le habría olvidado algo, y la angustia le decía que algo cambiaría…su presión en el pecho lo confirmaba, pero, como había aprendido, se dejó llevar para no sufrir en exceso…
Cuando vio a sus dos amigos, se abalanzaron al coche, y de camino al aeropuerto repasaron sistemáticamente cada cosa que harían, como sería, como dormirían, como pasarían aquel fin de semana que desde luego sería épico… Gracias a ello el viaje pasó rápido, y antes de darse cuenta estaba en el aeropuerto, despidiéndose de su madre, con sus amigos, lista para coger aquel avión…se sentó en sus asientos, atenta a las luces que le indicaban cuando debía abrocharse el cinturón, enchufo los cascos, y puso aquella canción el repetición, esa que luego adquiriría un significado distinto “Recuérdalo”, y pasó todo el viaje con ella en la cabeza, pensando y pensando…hasta que tocaron tierra.
Supongo que aquella tarde pasó entre risas y compras casi sin que lo notara, porque es cierto que las cosas pasan mil veces más rápido cuando te diviertes, y mentiría si dijera que no fue una de las tardes más divertidas de mi vida, mil cosas por ver, mil cosas con las que quedarse con la boca abierta, y abrazada a esas dos personas que la conocían casi más que ella misma, y aunque su cabeza seguía rondando…lo más inquietante estaba por llegar…
Las monitoras indicaron que debían ir a instalarse ya al alberge, así que se montaron en el metro ¡La primera vez que cogía un metro! Para ser sincera y pecando de ingenua pensaba que el techo se le caería encima… pero no fue así, y llego perfectamente a su destino.  Supongo que aquello si se le hizo más tedioso, las normas, los pasos a seguir, y por fin…llegar a las habitaciones, pillar por supuesto la litera de arriba, ponerse su pijama de vaca, y bajar a fumarse un cigarro con su mejor amiga…
Cerraron la puerta, asegurándose de que llevaban la tarjeta para abrir la habitación, realmente se les iba demasiado la cabeza..ella seguía pensando, dándole vueltas a algo que tenía realmente asumido pero que no podía concebir de una manera clara, y entonces un codazo en seco de su amiga la despertó de su insomnio “ Mira el de la melenita blacky, de los que a ti te gustan”, Cómo no, ella se echo a reír, y de su boca salieron las extrañas palabras “ Le seguimos un poco?”. Su amiga se quejaba de que estaba de espaldas y no podían verle para puntuarle como es debido (Un fin de semana sin novios, no dejaba de ser un fin de semana sin novios)
Desistiendo de la anterior propuesta, bajaron a fumarse el cigarro, las ganas que tenían de fumar eran muy amplias, pasaron un rato allí conversando, y cuando ella giró la cabeza le vio, atendiendo dentro del comedor, con los brazos cruzados sobre el pecho, miro su cara, y pensó.. “Seguro que me lo acabaré encontrando” , a lo que seguidamente, como no, vino esa sonrisa pícara en su rostro que tan bien recordaba… la táctica del cazador… lo que desde siempre solía hacer cuando un chico le llamaba la atención…
Aunque entre las risas y demás parece que se le fue un poco de la cabeza, era ya tarde, así que subieron todos a la habitación, laura y ella tenían la suerte de que les había tocado la habitación que estaba pegada a la de sus amigos, así que, en contra de las normas, se escaparon a la de los chicos, había en ella también unos chavales de Madrid, aparentemente majos, aunque, un poco sobrados a decir verdad, seguían con sus risas y sus bromas,  y entonces pasó, giró la cabeza y le vio entrar por la puerta…
En ese momento la sonrisa se desdibujo de su cara, esas ansias de caza se esfumaron, y.. Sinceramente, no sabía para nada que decir…por supuesto Laura se dio cuenta, había que ver como la conocía aquella mujer, daba igual lo que ella pensara, Laura lo sabía sin equivocación ninguna…
Algo en él llamo su atención, parecía que no iba a hablar cuando de repente pregunto si alguien tenía algo para el dolor. Y por una vez agradeció que su madre fuera una sobre protectora que le cargo el equipaje de mano con paracetamol… su respuesta fue seca, sin expresión y tal vez demasiado tosca, por lo que, sinceramente, su cabeza siguió dando vueltas, y , como siempre, necesitaba esa canción volvió a poner recuérdalo, a su gusto en el volumen correcto para la “pequeña fiesta” que estaban teniendo en el dormitorio, cuando se dio cuenta, había doblado la esquina que formaban las literas y la estaba mirando… levantó la mirada y su corazón…se paró…
“A mi también me gusta la música, pero te importa bajarlo, quiero dormir”
¿Sinceramente? Esa frase es lo que menos esperaba… quedó helada y sin saber que hacer o como actuar, por lo que solo agacho la cabeza y se disculpo mientras disminuía el volumen… mientras él intentaba dormir ella pensaba y pensaba, si tal vez debería decir algo, cuanto más le veía más pensaba en aquella sequedad que dejaba ver… así que, intentó que se integrara
“ ¿Enserio que te vas a ir a dormir?”
Él la miró, con cara de amargado para ser sinceros, y entonces, lo comprendió perfectamente, era exactamente la misma cara que ella ponía cuando alguien intentaba ser amable, cuando desechaba cualquier confianza que le ofrecieran, era la cara que ponía cuando le dolía no poder ser ella, así que…sencillamente sonrió…y se fue…
Pasó el fin de semana, y conforme avanzaba el tiempo, escaso, pero suficiente, lo vio claro, el no era como parecía ser, era realmente como ella se imaginaba, aunque, no podía estar del todo segura…
Aquel sábado parece que rompió a hablar, sacando temas de música y de algún que otro lugar descubrió que tenía alguna que otra cosa en común con él… aunque, seguía siendo aquel chico misterioso…
Él ultimo día, lo tenía ya más que asumido, y aunque su conciencia, su miedo y su vergüenza no le permitían mediar palabras, sabía que con sus ojos decía todo aquello que tenía dentro, por suerte…poca gente era capaz de entender el idioma de su mirada…
-¿Y eso porqué mama?
-Cariño, realmente, nadie entendía muy bien lo que quería decir, porque ella no permitía que los demás lo entendieran
-¿Ella quería que el chico lo entendiera?
-Si cielo, si, era lo que ella más quería, por eso cuando le dio dos besos como despedida…su corazón se partió en dos
-¿Y que pasó después?
-Pues.. ella se fue a su casa, y él a la suya
-¿Volvieron a verse?
-¡Ariadne! Te he contado esta historia cientos de veces, es necesario que vuelva a repetir…
Cuando intentaba acabar la frase una voz la cortó, ambas se dieron la vuelta, y le vieron apoyado en la puerta, mirándolas con una inmensa sonrisa en la boca…
-Yo acabaré de contarle la historia cariño, ¿Me dejáis?
Se rieron entre dientes y le empujaron a sentarse con ellas en la cama
-Hija mía, en ese momento ambos pensamos que no volveríamos a vernos- Dijo mientras miraba a su mujer con una sonrisa en la cara- pero el tiempo pasó, y ninguno de los dos olvidó al otro.. ¿Sabes? Muchos nos dijeron que no podríamos, que las cosas eran demasiado difíciles de superar
 -Y…papa…¿No pensasteis en rendiros?
-Si, lo pensamos, llegó un punto en el que creíamos que la vida nos podría, pero tanto tú madre como yo nos impusimos, y después de mucho tiempo…
-¿Todo salió bien?
-Si cariño…todo salió mejor que bien…
-¿Cómo en las películas?
-Mejor que en las películas, veras cariño, toda película, empieza, cuenta una historia, y acaba…. Un día le prometí a tu madre que jamás acabaría
-Y hasta ahora has cumplido tu promesa- Dijo ella con ese brillo en los ojos que solo podía producir encontrarse de frente con sus ojos…-
-Y siempre lo haré…
Y entonces, los tres, disfrutaron de ese fragmento, de eternidad… 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta cielo, pero se te ha olvidado el matiz de... apoyado en la puerta con el pelo largo y lleno de tauajes....

Te quiero vida mia :)

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